De
aquella primera ocasión a esta muchas cosas han cambiado. Aquella fue una muy
mala experiencia que me sirvió para darme cuenta que a la montaña no se va a
probar, hay que ir preparado y entrenado, lo cual hizo que en aquella ocasión
pasará posiblemente el peor día que recuerde en una carrera, llegando con una
deshidratación terrible y prácticamente KO a meta.
Ahora
ha sido todo diferente, sin tener todavía una gran preparación, esta vez sí que
llegaba con un buen carro de kilómetros por montaña en mis piernas, ya que
aprovechado las vacaciones por Prioro, he tenido tiempo de machacarme un poco y
acumular kilómetros y metros de desnivel, además con la suerte de ir acompañado
en ocasiones con mis buenos amigos Cristina y Oscar de club Nunca Correrás
Solo, quienes en ocasiones me las hacían pasar canutas, pero que ahora me doy
cuenta lo bien que me vino para esta carrera.
En
lo que a la propia carrera se refiere, el día empezaba a carreras, mi buen amigo
Juan Luís Llamas, se me dormía, y ya salíamos un poco tarde de León, apenas
llegamos a Palacios del Sil 25 minutos antes de que dieran la salida, pero
gracias a los demás compañeros del Club ya estaban avisados de esta circunstancia
ya nos tenían todo preparado a nuestra llegada, con Manu esperándonos con
nuestros dorsales y respectivas bolsas, así da gusto. Así que nos ataviamos
para el evento con nuestras mejores galas y nos dirigimos a la línea de salida,
donde como ya viene siendo habitual nos hicimos la foto de familia para
inmortalizar a los valientes que a esta dura prueba se enfrentaban, (Juan Luís,
Manu, Emilio, Sergio, Faus, Emilio Cuadrado y Jesús)
Juan Luís, Jesús, Emilio Cuadrado, Faus, Manu, Emilio y Sergio |
Pues
de esa guisa, fue subiendo poco a poco hacia el Cueto del Oso, toda esta subida
la hice acompañado de mi buen amigo Oscar, fui cogiendo ritmo poco a poco, pero
siempre sin forzar lo más mínimo, no quería quemarme en esa primera subida, ya
que todas las fuerzas que guardara para la subida del pedrero serian poco, así
que yendo pasito a pasito me plante en la cima, donde estaba el padre de Angel
dándonos la bienvenida y donde tuve la suerte de ver como una chica se llevaba
la paletilla, solo pensar en tener que pujar por eso todo el recorrido me
entraban sudores, que valor le echó.
Subida al Cueto del Oso |
Después
de avituallarme y tomarme un momento de respiro continué mi marcha ya con la
mente puesta en la subida del pedrero, la aproximación la seguí haciendo con
mucha calma para guardar el máximo número de fuerza posible para afrontar la
tan temida subida. Ya estamos ahí, salgo de entre una arboleda y ya veo imponente
ante mí esa temida subida, regada de una hilera de corredores que ya están
pegándose con ella y sufriendo sus rigores, así que sin pesármelo dos veces
comienzo la ascensión. Mi único objetivo aquí era no pensar en lo que quedaba,
solo ir subiendo poco a poco pero sin pausa y de esta guisa, fui ganando metros
y para mí sorpresa, casi sin darme cuenta me veo ya a mitad de subida, habiendo
ya dejado atrás la parte más dura, ahora ya solo era cuestión de seguir
ascendiendo y quitarnos de en medio esta segunda dura subida. Este último tramo
de subida lo hice en compañía de Francisco Peláez, del Club Nunca Correrás
Solo, con quien charlando un poco, hizo que se hiciera más amena la última
parte de esta subida.
Subida del Pedrero |
Llego
al avituallamiento de Cutxao de Susañe y allí me encuentro con Emilio,
intercambiamos unas palabras y rápidamente me tiro para abajo. Me veía con
fuerza y me lance hacia abajo cogiendo una buena velocidad de crucero, aunque
rápidamente tuve que aminorar un poco la marcha debido a un par de veces que me
torcí el tobillo e hizo que le pusiera un punto de calma a la bajada para
evitar males mayores. Poco a poco llegue a la bajada de la pedrera, que me
encanta y sin vacilaciones me lance hacía ella saltando cual cabra y
disfrutando. Salgo de esta primera parte de piedras y me encuentro con mi buen amigo
Tomás Baños, apenas me da tiempo a decirle nada, ya que la inercia de la baja
hace que ya cada uno coja su ritmo y no de tiempo a intercambiar impresiones.
Pues poco a poco me llegue al rio, donde me refresque un poco y continué
solventando lo mejor que pude esa última pequeña subida que hay hasta llegar al
último de los avituallamiento y donde ya por fin el camino que nos queda hasta
meta nos da tregua y nos deja trotar ya tranquilamente.
Una vez duchado y más relajado nos fuimos a la zona del rio,
donde nos esperaba la tan ansiada paella y donde entre que se acababa de hacer
y no, me di un buen chapuzón en el rio, en esa agua fresquita que a paso por
Palacios tiene el rio Sil, un buen recuperador para esas articulaciones y
músculos fatigados. Allí junto a los compañeros del Club continuamos dando
buena cuenta de la paella y entre risas y charlas fuimos llegando al final de
los actos con la entrega de premios, donde nuestro compañero Juan Luis subía
como ganador de su categoría, así que otro Oso más que añadía a su propia
colección.
Ya
solo nos queda que dar la enhorabuena al Club de Montaña Cueto del Oso, por la
gran organización de la carrera, por el esmero y las ganas que ponen en cada
una de las cosas que hacen en pro de los corredores y la carrera. Y felicitar al mismo tiempo a nuestro buen
amigo Ángel González Rivero, quien de buena tinta sabemos que se desvive por
esta carrera (aunque ahora tiene que compartir eso con su sobrina y ahijada, la
cual le hace estar un poco tontín, jajá). En definitiva, organización perfecta,
día perfecto, que mas se puede pedir, pues simplemente esperar la siguiente
edición y seguir persiguiendo al Oso.
Disfutando la post-carrera |
Y
así fue mi andadura por esta edición del Trail Cueto del Oso, como siempre
digo, posiblemente el Trail mas duro de los que componen la Copa Diputación de
carreras de Montaña.
Un saludo y nos vemos en las
carreras
Jesús Linares
Jesús Linares
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