Corría la última semana de
septiembre cuando un viejo amigo gallego me informa de que va a debutar en
Trail, en trail del de verdad, y no carreras por pistas forestales.
El pájaro, que no tiene otro nombre,
ahora que vive en la costa de levante decidió irse a Ibiza y a mí me picó la
curiosidad, investigue la prueba y en menos de 15 minutos ya estaba inscrito al
Ibiza trail maratón.
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Salida de la Ibiza Trail Maratón |
Ahora sólo faltaba entrenar, quedaba un
mes para la prueba y aún estaba pagando los estragos del verano. Llegada la
fecha inició el viaje, El cual no sería posible sin mi gran amigo Sergio que
siempre me recógeme me aloja y me lleva a todas las estaciones y
aeropuertos a horarios nada aconsejables para la salud humana. Desde aquí te
prometo colega que la visita que llevo años prometiéndote sin carrera de por
medio, espero y deseo, será antes de final de año.
Una vez ya en Ibiza, cojo mi coche de
alquiler y el primer sitio que visito es el mercado de las dalias, mercado
hippie famoso en el mundo entero, en el que esperaba encontrar una camiseta de
running hippie pero comprobé que a los hippies aún no les ha afectado la moda
de correr, siguen con su vida bohemia de finales de los 70.
Tras comer en un restaurante de
carretera llego a San Antonio y me alojé en el hotel con la grata
sorpresa y sin previo planeamiento de que me encontraba a menos de 100 m de la
salida de la carrera.
Esta tarde visito la feria del
corredor y recojo mi dorsal, me sorprende la buena organización y la
presencia del incombustible speaker Depa que presenta a un buen elenco de
corredores como Miguel Heras o el italiano Franco Collè ganador del tor de gent
y a la postre ganador de esta carrera.
Domingo por la mañana me levanto pronto
para desayunar y me vuelvo a acostar para descansar, es el beneficio de
encontrarme tan cerca de la salida. Con media hora de antelación salgo del
hotel, troto un poco, paso el control de material y listo para arrancar.
Dan la salida Y en un primer
instante salgo un poco acelerado buscando mi posición en carrera e intentando
evitar posibles atascos, rápido se estira el pelotón en unos primeros
kilómetros por el paseo marítimo, pasando por delante del mítico Café del Mar,
para pronto meternos en pura montaña.
La prueba tenía 2400 m positivos a
simple vista no se vean ningún pico importante lo cual me hizo deducir que
sería un constante sube y baja, que para algunos sería un tanto
rompepiernas, pero para mí perfil de corredor era perfecto.
Pronto me junto con un grupo de isleños
y entre historia e historia nos plantamos sin pena ni gloria en el
kilómetro 20. Allí relleno los bidones de la mochila, que no hubiera sido
necesaria si no fuese porque nos exigían llevar Cortavientos y teléfono
móvil, ya que había avituallamiento cada 5 km y muy bien surtidos de todo
tipo de bebidas y comidas.
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Sabugo haciendo amigos |
Tras esta parada abandono a mis isleños
y me lanzo rápidamente por una bajada bastante técnica, que me hace disfrutar
como un niño pequeño y ganar casi una decena de posiciones.
Pronto acaba estaba claro que si la subidas no eran largas las bajadas tampoco
podían serlo, pronto vuelvo a subir, Y ahora si a velocidades más lentas me
permito distraer mi mirada con los atónitos paisajes que me dejan boquiabierto
y cariacontecido realmente enamorado y prendado del paisaje de la isla.
Esto hizo que me parara en muchos
momentos a contemplar las vistas. Así llegó al km 30 donde me sorprende en el
pico un avituallamiento con mucho público que animaba incesante, allí comienzo
un fuerte descenso hasta una preciosa cala en el cual hay un destrepe
importante con cuerda al más puro estilo rapel y pasando a varios corredores
llegó a la siguiente subida, donde entabló conversación con un guiri, que después
de unos minutos de conversación en mi fluido inglés montañés ( digo fluido por
decir, pero me hacía entender) descubro que es un tulipán, y pienso, que
hace un tío de los países bajos corriendo en montaña. Así pasan unos 5/6 km,
practicando mi inglés con el holandés, que lo pierdo en la siguiente bajada. A
partir de aquí el desnivel desaparecería e iría saltando de Cala en Cala a cada
cual más bonita, pero nada cómodas para correr, con sueños muy rotos, zonas de
arena, que conseguí salvar con cierta habilidad gracias a que llegaba bastante
entero.
La gente tumbada en la arena nos animaba
desde sus toallas mientras tomaba el sol, porque no lo he dicho pero
apretaba el sol a más de 20 C, y tan pronto era una joven en top please que
daban ganas de parar como un gay en tanga que te daban ganas de correr a lo
usain bolt en la final de los Juegos Olímpicos.
Pronto llegó al paseo marítimo en el que
empezó todo y un voluntario de la organización me dice que voy en el puesto 21,
y que el corredor que me precede está al alcance, realmente el puesto no era un
objetivo, pero no he de negar que todo motiva, al verme bastante bien decido
forzar este tramo de asfalto para ganar algún puesto. A falta de 500 m y bajando unas
escaleras alguien me anima y me dice "va fuerte, que cojes a dos " un
último esfuerzo y entro solo en meta para cerrar un decimoctavo puesto y quinto
de la categoría a tan solo 20 seg del cuarto.
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Llegada de la Ibiza Trail Maratón |
Tras recibir medalla y camiseta de
finisher voy a la zona post carrera en la que hay de todo, comida bebida
fisios, y no escatiman en gastos, cuidados, mimos al corredor. Pronto me
retiro al hotel con un leve trote y a descansar. Estaba en la costa oeste de Ibiza donde
las puestas de sol son espectaculares y el día estaba hecho, me fui a Cala conta
a ver la puesta de sol y escribir este post para una vez más dar las gracias a
todos esos que me miman, cuidan y me transmiten su cariño.
Jorge Sabugo Sousa