Hacía
muchos meses que no corría una media maratón... Creo que desde el mes de marzo
en León.
Un
buen amigo me regala un dorsal para Bilbao hace un par de meses, con la idea de
hacerle de liebre para bajar de la hora y media.
Finalmente
me decanto por la segunda opción.
Llega el día de la carrera y me encuentro con muchos compis leoneses del mundillo running. Paso el control del cajón (salgo desde el primero), y me pongo a calentar con un compi de Fisiorama. Calentamos por la zona de salida, y sin darnos cuenta el tiempo se nos echa encima. Cuando queremos entrar de nuevo al cajón, nos encontramos con que las casi 11.000 personas que había entre las tres categorías ya están colocadas en la línea de salida, y la única forma de entrar es por delante.
De
repente me veo en primera línea de salida, compartiendo foto con los
africanos... ¡A ver como salgo de esta!
Dan
el pistoletazo de salida, y me dejo llevar por el ritmo alto de esos primeros
puestos.
Suena el Garmin en el primer kilómetro, y al mirarlo veo que me ha salido a 2:58... ¡Vaya locura! Toca bajar el ritmo considerablemente o no llego ni a mitad de carrera.
Los
primeros 12 kilómetros son de toboganes, pero aun así consigo mantenerme a un
ritmo bueno a la par que cómodo. Paso el kilómetro 10 en 37 minutos justos, por
lo que, haciendo cálculos, podría acabar la carrera en 1 hora y 18 minutos.
Sería
mi mejor marca... ¡Hemos venido a jugar! ¡A por ello!
A
partir del 12 bajamos a la zona llana de la carrera, que se da por la Ría de
Bilbao y alrededores. A priori es la parte fácil de la carrera, pero el
esfuerzo en la primer
a mitad de la carrera ya empieza a pasar factura... Aun sabiendo que estoy corriendo en llano, las piernas ya están cargadas y tampoco voy nada bien de respiración. Pierdo fuelle y ya los kilómetros empiezan a estar en torno a 3:55/4:00.
Entre
el kilómetro 12 y 14 me pasan varios leoneses, que lejos de pesarme
emocionalmente, me dan bastante fuerza en los metros que recorro con
ellos.
A
pesar de haber pedido un montón de segundos, paso los 16 kilómetros en una
hora.
A
partir de ahí, toca arrastrarme hasta la meta... Mi pensamiento ahora es el de
acabar como sea y recoger la medalla y la cerveza.
Mi reloj alcanza los 21.097 metros en 1 hora y 20 minutos, pero como normalmente en estas distancias, la medición no coincide con el GPS del reloj y toca seguir corriendo un poco más... Entro en meta con un tiempo oficial de 1 hora, 22 minutos y 3 segundos.
La
carrera por lo general es muy recomendable. Es la primera vez que la hacía, y
me gustó mucho.
Bilbao
es una ciudad que me encanta y ese día se viste con un ambientazo
increíble.
Seguro
que volveré a repetirla, pero entrenando para ello, marcándome un objetivo
claro y leyendo bien la carrera ahora que conozco el recorrido.
Víctor Martínez