VIAJE A ECUADOR (1ª PARTE)



 PORQUE, CUANDO Y COMO 

Para explicar este viaje debo remontarme al otoño de 2013, y como toda buena historia empezaré por el principio.

Vivía en Pontevedra, la boa  Vila, bonita tierra, buena gente y buen comer. Por aquel entonces mis inquietudes deportivas estaban en plena efervescencia, tenía las sensaciones encontradas, de diferentes emociones como completar un iroman, o acabar un ultra Trail de nivel mundial como es la transgrancanaria. Empezaba a decantarme por dedicarme solo a correr, a correr mucho y muy lejos, el triatlón no me acabo de enganchar, soy mal nadador, hay que aceptarlo, y los entremos de bici de carretera me aterrorizaban, iba en constante tensión por el tráfico, en cambio, correr, correr por el monte, sufrir subiendo y bajar cual cabuxa gallega me hacían sentirme libre y feliz. 

Llevaba un tiempo bajo la dirección de un entrenador el gran jason stathan, perdón quería decir Anxo Graña, me va a decir alguien que no los confundiría.
 Anxo entrenaba a un pequeño grupo de triatletas, que pese a que yo renegare de su disciplina me acogieron como uno más de la familia, sería el seno de lo que después sería la gran familia de deportistas GV SPORTS.

Sabugo y Anxo Graña (Jason Stathan)
 Este grupo de triatletas crecía poco a poco, un día llegada del otro lado del charco, apareció Daniela o como cariñosamente le llamamos La Chompita (fui yo quien la bautizó pero eso es otra historia que quizás cuente en otro momento).

La Chompita es una tía alegre, risueña, soñadora, con un don especial para crear, inventar y plasmarlo en un papel, se podría decir en forma de dibujo, pero creo que es una palabra vulgar para lo que ella hace, yo diría que es puro arte. 

La Chompi llego a Pontevedra para formarse y completar sus estudios, su amor a la bici le llevó hasta Anxo y de ahí a la pequeña familia de deportistas.
Pronto fue una más del grupo, acabo cayendo en la triple disciplina, y los entremos en grupo siempre eran risas con ella. Es de esas personas alegres que pase lo que pase parece vivir en el país de la gominola, siempre con sus ideas y sus dibujos a cuestas. 

Con el tiempo su visado acabo y tras el verano de 2014 regreso a Ecuador, siempre decía que teníamos que ir a verla, y a mí me decía que me enamoraría de las montañas ecuatorianas. 

Ahí quedó la cosa y casi un año después Daniela vuelve para pasar los tres meses que esta vez le permite su visado. Yo estaba esperando con ansia mi traslado a León y solo coincidimos un mes en Pontevedra, Daniela me cuenta en primera persona como últimamente se ha aficionado también a las carreras de montaña.  Me habla de los picos ecuatorianos y de su experiencia de hacer cima en el cotopaxi, palabras mayores. 
Entonces se me encendió la bombillita, tenía que ir a Ecuador, tenía que hacer alguna de esas cimas. 
El pasado otoño y con Daniela en Ecuador comencé a organizar mi viaje, y en un par de semanas estaba todo planeado. 
Solo quedaba esperar. 

Faltaba menos de una semana para el viaje y la maleta medió hecha, van zapas y ropa de correr, lo demás da igual, eeeeeh no te calientes que vas un mes me dije, mete calzoncillos, más calzoncillos, 30 calzoncillos más, saca 25 que allí también hay lavadoras, y entre tanto mete saca (ropa de la maleta mal pensados),despedida por aquí despedida por allá (alguna tan emotiva que alguno debe pensar que me voy a quedar en Ecuador) llegó la boda de Javi & Ángela, unos días justo antes de irme, y lo que allí vi, viví, no tiene palabras, todo muy muy , todo muy muy, pues todo muy perfecto, son quienes son, no podía ser de otra manera. 

Comenzando el viaje (Estación de Buses de León)
 Pronto me planté en martes por la mañana, el jefe supremo de los Sabugo me lleva a la estación de autobús y se despidió con un seco "ten cuidado", ahí fue cuando me di cuenta que en nada estaría de vuelta.
Tras cambiar los billetes de bus para adelantar el viaje llego a Barajas poco después del medio día donde me recibe un paisano leonés que voló del reino para arreglar aviones allí donde haga falta. 

Un poco de Bolos
Matamos el tiempo jugando a los bolos, contando historias, rompiendo pantalones, no sé si fue el ansía de viajar, el ímpetu con la que lanzaba en la bolera, o quizás, y más probable, la nueva moda de pantalones antimovimiento, tan ceñidos que al forzar mi técnica más depurada de jugador de bolos abrieron por la entrepierna como una lata de pringles, vamos que hicieron pop ya no hubo stop.  No había empezado el viaje y ya tenía una baja en el equipaje. Por un momento pensamos en hacer un funeral de estado, pero pronto vi un contenedor y ahí acabó la historia. 
Poco después se unió al grupo el caballero toledano, y tres paisanos del reino juntos tienen mucho peligro. 

Una tarde de risas, entre historia e historia, broma a broma me planté en la ventanilla de facturación, y, sorpresa, " caballero su vuelo no saldrá hasta mañana por cuestiones de mantenimiento"  cara de polla ( puedo decir polla aquí, no?) mirada de los mil metros y la azafata me dice, tranquilo le alojaremos en un hotel a gastos pagos de manutención y transporte. En poco tiempo estaba alojado en un hotel de 5 estrellas y para matar un poco el tiempo me fui a tomar una birra y jugar un billar con el toledano.

Vuelo Madrid-Lima
Al día siguiente madrugue para salir a rodar un poco y completar con media hora de elíptica y un circuito de fuerza en el gimnasio del hotel. Un buen desayuno y camino al aeropuerto, tras facturar nueva sorpresa, el retraso supondría perder la conexión Lima Quito y tendría que pasar la noche en Lima. Facturó, pasó el control, y cuando me quiero dar cuenta estoy sentado en el avión, esperaban 13 horas de vuelo. Intento ver una película y ya cae  las dos primeras horas, por la película no preguntéis, obviamente quien me conoce sabe que me dormí, el rey del sueño no decepciona. Pronto aparecen las bandejas de comida, y tras alimentar a la bestia intento leer un poco. Cuando me quiero dar cuenta miro el reloj y veo que quedan 4 horas para llegar, mire el mapa de vuelo y veo que acabábamos de sobre volar Canarias, no me salen las cuentas, entonces ya me doy cuenta, quítale 6 horas al reloj, y pon la hora de Ecuador, sorpresa, te quedan 10 horas de avión. 
Entre peli y peli, o mejor dicho entre intento e intento de peli, entre siesta y siesta, una voz dice soy el capitán ....
Y empezamos a descender sobre el aeropuerto de Lima. 

Rápido busco el mostrador de la compañía aérea, que ya sabedores de mi percance, único del vuelo con conexión a Quito, me tienen preparado un taxi para que me alojen en el hotel Serathon, una impresionante torre en el centro de la ciudad que destaca entre los múltiples edificios bajos. 

Desde mi hotel en Lima

Me reciben con trato exquisito y con la cocina cerrada me preparan algo para cenar, y pronto a dormir, ya era la 1 de la mañana aquí, pero en España eran las 7.

Mi cuerpo asimila bien el cambio horario y a las 6 de la mañana ya estoy en pie, quería aprovechar mi estancia fugaz y tras una hora de elíptica en el gimnasio bajo a correr unos 20 minutos al parque de al lado del hotel para darle al entreno un poco de transferencia a la carrera. Tras la ducha preparo la mochila y bajó a desayunar, ese típico desayuno de buffet libre de hotel, y como buen español que soy me pongo, ay madre como me pongo, tostadas por aquí, un poco de tofu por allá, un plato de arroz, esto otro no se q es pero también me lo como, esto está bueno repito, eso sí evitó todos los dulces, que no decaiga la operación trikini, y culminó con un buen platao de fruta.

Entre andando y rodando consigo llegar a la recepción del hotel, donde con un retraso de casi media hora llega el taxista a recogerme, eso sí yo como soy previsor y no quería jugármela le había pedido que viniera una hora antes de la que realmente necesitaba, Asique aún tenía medio hora más, a mayores del colchón previamente calculado, estaba en modo asfixia vale, quería veros yo aquí.

Me presento en el aeropuerto, pasó los controles correspondientes y busco mi puerta de embarque, me relajo a la espera, y comienzo a transcribir parte de esta crónica  hecha hasta ahora en modo clásico, papel y boli. 

Una vez sentado en el avión el capitán Fernando Torres y su copiloto Roonie (apellido ni me entere) nos da la bienvenida, y digo, pero que hay cruce de champions atlético de Madrid Manchester o es que están en segunda actividad tras su abandono del fútbol. Bromas aparte, sobrevuelo Lima y su Costa rumbo a Quito. Vuelvo a rellenar por segunda vez los papeles de aduanas, esta vez sí, los de Ecuador. Sorprendido por las montañas andinas me pasó el vuelo mirando por la ventana hasta que llegó a Quito.

Pasó rápido todos los controles, la verdad que me lo esperaba todo más caótico, pero me sorprende la buena organización y la seriedad de todo el personal. Todo resulta fácil y ágil. Me plantó en medio del pasillo a la espera de que la Chompita llegue a buscarme, y en pocos minutos entra por la puerta.
Quito me espera 
Por fin con la Chompita

PD: como ya me conozco lo que van a pensar muchos, este no es un viaje de amor ni sexo ni nada por el estilo. No tergiversen mis palabras ni se hagan pajas mentales. 
Daniela es una gran amiga, y si, aunque algunos no lo crean yo sí creo entre la amistad y nada más que amistad entre hombres y mujeres, sin que haya intenciones sexuales de por medio. 

Jorge Sabugo Sousa

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